miércoles, 17 de diciembre de 2008

Los ojos de Claire Forlani

Hace unos días estaba pasando de canal a canal hasta que me quedé enganchado con una peli llamada “Mystery men” (1999), que quizás ha sido titulada “Hombres misteriosos” en castellano. Se deja ver aunque la verdad es que podrían haberle sacado más jugo a la supuesta comicidad de un grupo de “superhéroes” formado para la ocasión por los más variopintos personajes de una ciudad. Para pasar el rato sirve.

Los comentarios de “La esfinge”, que proporcionaba consejos al resto del grupo del estilo de “Para conocer los puntos débiles de vuestros enemigos debéis hacer débil al enemigo que tenéis en vuestro interior”, es de lo que más gracia me hace.



Aparte de eso me quedé subyugado por un personaje secundario, representado por la actriz Claire Forlani. La única razón es el efecto que su mirada tiene en mí.
Hace unos años la conocí por otra película que resaltaba con una fotografía preciosista sus vidriosos y almendrados ojos. Este film, “¿Conoces a Joe Black?” (“Meet Joe Black”, 1998) se recreaba en su mirada. Daba igual que hubiera que ponerse una almohada para aguantar los 180 minutos del metraje; aguanté estoicamente sólo por no perderme los lagrimeos, guiños o parpadeos de Claire.

Parece que esta actriz no se ha prodigado mucho en el cine, y de hecho probablemente mucha gente la desconozca avasallados como estamos por la omnipresente información de la pesada de Scarlett Johansson, que más que chica cañón es tubería de plomo. No me vayan a comparar la musicalidad del nombre de la primera actriz con la de la segunda.



Últimamente me he reencontrado con esos iris deslumbrantes donde menos podía esperarlo. Resulta que influido por la antigua profesión de mi abuelo paterno me hice seguidor fiel de la serie C.S.I., y así, unos 10 años más tarde del rodaje de las dos primeras películas citadas al principio, me encuentro con una Claire mucho más madura haciendo de forense en Nueva York, en un papel que se ha limitado a un puñado de capítulos, pero en los cuales he seguido comprobando su cautivadora mirada.

Casualmente, y hablando de ojos, llevaba unos meses fijándome en los de la joven promesa de la natación Mireia Belmonte (otro nombre eufónico) y que poco a poco empieza a acumular portadas y reportajes de revistas, cuando hace apenas unos días acaba de batir un record mundial. Siempre sirvió el agua para resaltar la belleza de una expresión.

Para los que tenemos ojos marrones vemos como en las series norteamericanas (y ya también las españolas) quedamos relegados a los roles de malos en general, asesinos despiadados, enemigos de la paz mundial, etc.

¡Vale!, es cierto que probablemente los ojos claros sean más habituales en estos países de habla inglesa, influidos por la inmigración del norte de Europa, pero no es menos cierto que para ellos un galán de ojos claros pinta más que uno de ojos oscuros.

Sí, es un tópico. No se cumple al 100% pero ahí están mis impresiones.

Esto mismo me sucede con las telecomedias de origen “EEUUsonenses”. Para construir una nueva sólo hay que incluir los siguientes capítulos:

1.- Uno en el que los protagonistas organizan una fiesta en casa aprovechando que sus padres se han ausentado. Pero claro, los papis vuelven antes de lo previsto y ...

2.- Uno en el que se ríen de alguien con una tara o problema, muchas veces la obesidad, hasta que al protagonista le entra cargo de conciencia e intenta enmendar su error.

3.- Uno en el que el protagonista decide irse a vivir solo, pero vuelve a casa porque como en casa no se está en ningún sitio.

4.- Uno en el que se lucha con todas las fuerzas por entrar en una hermandad de estudiantes con nombre: ALFA-GAMMA-OMEGA

5.- Uno en el que se dejan los estudios para el último momento y le pilla el toro.

6.- Uno en que se organiza el baile de fin de curso y todo lo que conlleva.

Etc., etceterae ...


Habría cientos de tópicos repetidos. Según estas series, muchos seríamos “Perdedores”, un término que nunca me ha gustado. No creo que en esta sociedad todo sea “Ganar” o “Perder” y que esto te condicione de por vida.

Viendo esas series a veces pienso que enseguida me habrían puesto gafas de pasta, habría ingresado en el club de matemáticas del instituto y me dedicaría a jugar a ajedrez en los descansos entre las clases. Eso sin tener en cuenta mi grupo de amigos alelados, atolondrados, inocentes y a la vez ocurrentes.

¡Cuántas camisas tendría que haber lavado por las bromas de mis compañeros de clase en el comedor escolar!. ¡¡Buff!!, ¡de la que me he librado!

1 comentario:

Norman Azid dijo...

Acabo de descubrir otros ojos que me han hechizado por su parecido a los de Claire. La actriz se llama Vera Farmiga, secundaria en la película "Infiltrados" de Scorsese.
Bueno, creo que realmente sólo son dos casos de los innumerables que podría citar.